En Z, Beth se siente atrapada por su condición de madre, cuidando a los demás antes de hacerlo por sí misma. Un buen día, su hijo trae a un amigo imaginario a la casa; sin embargo, ella no lo toma en cuenta. Incluso cuando las cosas comienzan a salir mal, ya que el nuevo amigo no es del todo bueno, ella.
Pero a medida que Josh va cambiando a causa de sus nuevos hábitos de juego, Beth se ve obligada a tomar medidas ignorando el consejo de su esposo -Kevin-, ella droga a Josh, con lo que le ayuda a su problema.
Josh ya no ve a Z. Beth sí.
Y ahora, Z quiere ser su amigo.